En abril de este año, una investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indicó que América Latina se erigía como una de las regiones más desatendidas en servicios financieros, tendiendo a México con uno de los niveles más bajos; sin embargo, meses después la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) informó de avances, lo que genera ciertos contrastes.

 

A decir del especialista en finanzas digitales hubo avances en inclusión financiera en el país, los cuales obviamente no sucedieron en solo unos meses, sino que se gestaron a lo largo del último sexenio. 

 

De acuerdo con el informe FinLac del BID, sólo 3 de cada 10 personas de 15 años o más obtuvieron un préstamo de una entidad financiera durante el último año en América Latina y el Caribe; mientras que, en México el 51% de los adultos no cuenta con acceso a servicios financieros. 

 

Sin embargo, la SHCP compartió que, los esfuerzos realizados en el país habían dado pie a una bancarización e inclusión financiera histórica. 

 

Hacienda consideró desde la promoción de educación financiera en cada rincón del país, hasta la apertura de cuentas a través de los programas sociales y el Banco del Bienestar, aristas que tal vez el BID no contempla. 

 

En México se habla de esfuerzos históricos que se cimentan en el crecimiento de la plataforma de CetesDirecto, el número de Bancos existentes, la red de corresponsales bancarios que creció en un 25% y hasta el aumento del 32% en el número de terminales punto de venta. Todo suma, pero hay más trabajo por hacer.

 

Una de las cosas que más resalta de los esfuerzos que han llevado a cabo las autoridades mexicanas durante la última década es la inclusión de todos los sectores, desde jóvenes hasta adultos mayores, en zonas tanto rurales como urbanas. 

 

Pero, sobre todo destaca el tema de remesas, en el que se han creado mecanismos financieros que permiten canalizar dichos recursos de manera más eficiente y con menores costos, aunque para el BID, también se requiere de una vía para incentivar a las familias a mantener dichas entradas de recursos en el sistema financiero. 

 

Finalmente, para apuntalar aún más el trabajo hecho en materia de inclusión financiera es necesario cerrar la brecha digital en territorio nacional, toda vez que la falta de internet en zonas rurales o alejadas de los grandes centros urbanos está frenando la dispersión de los servicios financieros, las innovaciones tecnológicas y los recursos digitales, sobre todo la oferta de las Fintech. 

Recommended Posts